Caminaba entre los árboles sintiendo el rocio matutino, las ramas susurraban en mis oidos las palabras mas perfectas que he logrado comprender, mire hacia el cielo y vi entre las nubes un rayo de sol que timidamente se asomaba en el firmamento, le sonrei para que se diera cuenta de que era bienvenido. Seguí con mi habitual paseo cuando de pronto veo caer del cielo lo que en un momento pense, era una gran flor, curioso de aquel suceso me acerque al lugar en el que habia visto caer tamaña flor.
El bosque de pronto quedó en silencio, todo a mi alrededor estaba espectante de lo que estaba ocurriendo, me eleve un poco para darle trabajo a mis alas, que en la mayoria de mis paseos estan de ociosas, para ver de un mejor angulo a lo que debia ser una hermosa flor como lo son todas, pero he aqui la mayor sorpresa de mi vida (que es mucho decir porque la vida cada vez me da menos sorpresas); entre las ramas de un abedul y las hojas, sujeto a salvo del golpe, de una maravillosa enredadera que por alguna extraña razon habia crecido alli, como anticipando aquel momento, se encontraba el ser mas claro y profundo que había visto en mi vida, decir que era hermoso es poco, porque creo que toda la belleza que puedo imaginar estaba contenida en él, me acerque para verlo de mas cerca cuando un haz de luz dorado lo envolvio, cegadome un momento, cuando por fin pude ver de nuevo, el ser ya no estaba tumbado entre las ramas, sino, que frente a mi con una expresión tan calida, tan exacta que me hizo pensar en lo eterno... (continuará)
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